Las piezas de fieltro de forma regular que caracterizan a esta alfombra le aportan volumen y movimiento continuo a su superficie, invitando a ser tocada, acariciada, vivida.
Esta colección, claramente inspirada en los lunares, nace de la exploración de la tercera dimensión de la alfombra y de la conversión de los topos en volumen.
Hay gestos instintivos que son la extensión de un pensamiento, como cuando se dibujan unas líneas concéntricas, unos ochos o un sinfín de círculos esbozados en un papel mientras hablamos por teléfono.